La reacción a los excesos y extravagancias de los 80 –el grupo Memphis, culpables de la explosión de color y de formas irreverentes– no se hizo esperar. El cambio de década trajo de regalo el desarrollo –y triunfo– del minimalismo, una tendencia que aboga por formas depuradas y ausencia de estridencia en el diseño. Un movimiento con multitud de seguidores que hunde sus raíces en la sencillez racional del modernismo y en la naturalidad de la calma oriental. Descubre cómo la célebre frase “menos es más” del arquitecto Mies van der Rohe puede aplicarse a la decoración del hogar, con las 7 claves del estilo minimalista.
Los años 90 trajeron de vuelta muchos de los preceptos preconizados por el movimiento moderno, que reniega de cualquier referencia a la historia y propone un no a excesos de ninguna clase.
Aparte de heredar la formalidad del movimiento artístico del mismo nombre y las intenciones anti-históricistas del movimiento moderno, los minimalistas reciben también la influencia de la tradición japonesa. Hablamos de la filosofía budista, que acumula seguidores por su afán de simplicidad.
Ningún elemento que perturbe la limpieza del espacio, ningún ruido que interfiera con esa total ausencia de referencias, con ese modo apaciguador de vivir en un espacio. Para un ambiente minimalista, toca tenerlo todo en orden.El blanco, punto fuerte de la estética minimal, acentúa esta pureza visual.
Casi una celda monacal. Así es el ideal minimal del interior. Sin estridencias, con colores neutros que tienen un suave impacto en nuestra emociones. Pocos objetos, cuantos menos mejor, los elementos decorativos son anatema en esta corriente que busca la síntesis, la reducción.
La austeridad es el lema sobre el que gira el minimal. Los objetos se diseñan con exquisita sencillez, muchas veces creemos reconocerlos, son tan simples que podríamos haberlos visto en otra parte… y, sin embargo, de cerca, descubrimos la intensa atención al detalle, esa seña de identidad.
El vocabulario formal se reduce a la mínima expresión. Líneas sobrias, escuetas, pureza estructuraly geometría en su modo más básico, se vuelven la norma o, al menos, el modelo aspiracional.
Negro sobre blanco; blanco sobre negro: dos colores que transmiten el rigor y la rectitud con una contundencia que casa con una estética que huye de toda veleidad ornamental. En la imagen, el negro y el blancose utilizan con profusión en el mobiliario, objetos e interiorismo del ambiente.